Experiencias Personales

Relacionadas con la Seguridad Social en Venezuela


     Definitivamente cada experiencia vivida es lo que nos aporta el aprendizaje y la madurez para ir creciendo. En Venezuela cada uno de los ciudadanos disponemos a diario de un abanico de oportunidades de aprendizaje y sobre todo cuando se trata de atención médica.

     Soy madre de tres hijas y han sido muchas las experiencias vividas, sin embargo a continuación les contaré una de las más difíciles vividas con mi hija menor.

     Era el año 2005 y mi hija menor tenía  cinco meses de edad, era exactamente día sábado y tenia dos días con diarrea y fiebre muy alta y debido a que mi seguro de HCM tenía un lapso de espera de 6 meses no podía usarlo y tuve que acudir al IVSS de Guarenas ya que es la ciudad donde vivo. Al llegar con mi hija desvanecida en mis brazos casi no podía hablar y la enfermera que me atendió me dijo primero llora y luego me hablas, luego de llorar le explique lo que le sucedía a mi hija e inmediatamente nos atendió, cuando la doctora de guardia la examinó me dijo que la niña tenía una deshidratación severa y que cuanto antes debía ser hidratada porque de lo contrarío me arriesgaría a perderla pero que allí no me la podía ingresar porque no tenía cunitas disponibles, por lo que me dio una orden y me remitió al Hospital General de Guatire. 

     De inmediato mi esposo y yo nos fuimos con la niña al Hospital y al llegar solo pregunté donde quedaba emergencia pediátrica y sin escuchar ni mediar palabras con el vigilante entre corriendo y al entrar al servicio estaban dos pediatras y uno de ellos de forma diligente y preocupado se paró y examinó a la niña de inmediato,le entregué la orden que traía y me confirmo el diagnostico. Le tomaron muestra de sangre y heces y con mucha dificultad por la deshidratación le tomaron una vía y comenzaron a hidratarla y el doctor me dijo que tenía que dejarla hospitalizada hasta que todos sus valores estuvieran totalmente estables. 

     Al tener los resultados de los exámenes el pediatra me informó que la niña tenía un virus muy agresivo llamado Rotavirus y que el tratamiento era solo hidratación por vía endovenosa y antipirético para la fiebre y esperar en Dios que ella empezará a recuperarse.

     Fueron los días mas largos de mi vida esperando en ese frío congelante del Hospital que mi hija comenzará a presentar heces más solidas y cesara la fiebre, tratando de medio descansar en una silla de metal y alimentándola con fórmulas especiales, sopitas y jugos naturales recetados por el médico. Afortunadamente y gracias a Dios ella recuperó todos sus valores y fue dada de alta. Para mi y para mi familia la ética del médico que esa noche atendió a mi hija marco nuestras vidas y desde entonces se convirtió en nuestro amigo y pediatra de confianza.

     Considero que esa emergencia fue atendida debidamente, sin embargo pude constatar como las instalaciones de ese Hospital tan grande y que atiende a una población de dos ciudades mas otras localidades aledañas se encontraba en tan pauperrimas condiciones, demostrando que en un país tan rico como el nuestro existe muy poca voluntad y disposición de hacer bien las cosas.

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